En 1997 empezó a circular un vídeo a través de Internet. Se titulaba badday.mpg. Llegaba a través del correo electrónico, que era el único medio de compartir información de aquella época. Aún no existía WhatsApp, ni Twitter, ni Instagram, ni siquiera YouTube. El navegador web más popular de entonces era un tal Netscape, y HotMail había nacido apenas hacía un año. En el vídeo, a una resolución muy propia de la época de 352x240px, podíamos observar la típica oficina norteamericana, con cubículos separados por mamparas. Un oficinista teclea y observa en un monitor de tubo. Algo no va bien y golpea el monitor en el lateral. En el cubículo de al lado, su compañero se levanta al oir el ruido. Siguen las pulsaciones en el teclado, pero la cosa parece ir a peor, y ahora los golpes, y hasta varios puñetazos, caen sobre el mismo. Finalmente, el trabajador se levanta, coge el teclado cual bate de beisbol y golpea el monitor con saña, cayendo ambos elementos al suelo. Rodea la mesa, sale al pasillo, donde había llegado el monitor, y le da una patada. Su compañero ha vuelto a levantarse y se observa una ligera sonrisa. En el año 2006, el vídeo tuvo el honor de subir a YouTube. Estamos hablando de uno de los primeros virales de la historia de Internet. Pero no se trata de un acontecimiento casual captado por una cámara. En realidad todo respondía a un plan perfectamente establecido.

En 2018, la revista Wired, explicó los pormenores de lo sucedido. Todo se trataba de un anuncio para la publicidad de un sistema de cámaras de seguridad de la empresa Loronix. El monitor y teclado utilizado no funcionaban, se habán desechado. Se grabó con una cámara analógica en la propia empresa que se publicitaba, y al parecer hicieron falta dos tomas para dar por buena la grabación. La empresa incorporó la grabación en CDs que repartía como promoción de sus productos. Pronto alguien lo empezó a compartir y el éxito fue total. Pero si alguna vez pensaste en la reacción de aquel oficinista y que a tí te hubiera gustado hacerlo alguna vez, pues que sepas que todo fue mentira.